Una propuesta para "Retrato de un Condottiero" de Leonardo da Vinci.

De Jorge González Segura. 



La cotidianeidad es algo que a veces puede hacerse pesado, hacer una y otra vez las mismas cosas, ver a las mismas personas, las mismas series, los mismos horarios y obligaciones. Esto es algo que actualmente, y a raíz del Covid 19, empezamos a tener más presente e intentamos matar el tiempo de cualquier forma.

Personalmente he conseguido superar el confinamiento haciendo lo que no me daba tiempo a hacer cuando no tenía que estar todos los días en casa. Me he aficionado mucho a la cocina, he leído libros que tenía pendientes, he abierto un blog con un viejo amigo y, por supuesto, he tenido tiempo para recorrer mentalmente aquellos sitios que, si no hubiera tenido tiempo, quizás no hubiese vuelto a visitar.

Hoy es uno de estos días en los que tengo en mente un día concreto y es el 29 de octubre de 2019, en el que asistí a un ciclo de conferencias que organizó la Universidad Complutense de Madrid en torno a uno de los artistas más importantes de los últimos años, Leonardo da Vinci, 1452-1519, de quien he tenido la oportunidad de hablar en este mismo blog. Véase en el propio blog ¿Se puede decir algo nuevo sobre la Mona Lisa?

De este ciclo de conferencias hubo una que me llamó especialmente la atención, cuyo título fue “Leonardo e la natura: paesaggi senza figure, figure nel paesaggio. Una proposta per il Ritratto di Condottiere al British Museum”, cuya traducción sería “Leonardo y la naturaleza: paisajes sin personas, personas en el paisaje, una propuesta para el Retrato del Condotiero en el British Museum”.

En esta conferencia vincularon dos de los dibujos que, personalmente, me llaman más la atención de toda la producción de Leonardo da Vinci, titulados Paisaje con fecha el cinco de agosto de 1473 y Retrato de un Condotiero.

Antes de enseñarles ambos dibujos y la propuesta que deriva de ellos, me gustaría que pensasen en algún retrato realizado durante el quattrocento italiano, concretamente en la región de Toscana ¿Lo tienen? Si no tienen ninguno en mente no se preocupen apresuradamente, les dejaré un par de ejemplos que tomaré como guía (figura 1 y 2).

Figura 1. Piero della Francesca, Federico de Montefeltro e Battista Sforza, (después de 1472), Galleria degli Uffizi, Florencia.


Figura 2. Giovanni Bellini, Dux Leonardo de Lerodam, 1501-1504, National Galleri, Londres.

¿Qué características destacarían de ambos retratos? Del primero se podría decir que es una doble representación de un matrimonio de alta alcurnia de la ciudad de Urbino durante el último tercio del quattrocento, del segundo se podría decir que es el retrato de uno de los duces venecianos más importantes de principios del siglo XVI.

No obstante, adéntrense conmigo a mirar estas imágenes con detalle y podrán atisbar las dos de las formas de representación retratística más comunes de este período conocido comúnmente como “renacimiento”.

Si observamos bien las imágenes, el primer retrato de Montefeltro y Sforza vemos una composición en perfil. No piensen que el hecho de representarse de forma ladeada era porque el lado izquierdo del hombre y el lado derecho de la mujer eran los que más les favorecían respectivamente, esto tiene su explicación y es que este tipo de composición era la más utilizada para mostrar un fondo más amplio.

Piense en cómo se retratarían ustedes si le dijesen que acaba de heredar un basto terreno lleno de castillos y riqueza, pero estuviese rodeados de ciudades-estado que quisieran poseer sus propiedades. Una buena forma sería intentar mostrarse como el legítimo dueño de estas zonas y, por supuesto de representar cuanto más terreno, mejor. Esta es la razón por la que el reverso de este retrato, encontramos a la misma pareja de una forma diferente, pero con una disposición idéntica (figura 3).

Figura 3. Piero della Francesca, Federico de Montefeltro e Battista Sforza, reverso, (después de 1472), Galleria degli Uffizi, Florencia.

No obstante, se preguntarán ahora por el retrato del dux veneciano, que, en vez de estar de lado, está representado de frente y en vez de mostrar un vasto paisaje muestra un fondo de color azul ultramarino.

Aquí estaríamos adentrando en un tema muy interesante y amplio que, lamentablemente, no puedo desarrollar en el presente texto, que es el uso del retrato, ¿se han preguntado por qué unos tienen unas medidas tan grandes y otros en cambio son tan pequeños?

Centrándome en el retrato del dux, tienen ustedes que pensar que la diferencia fundamental que existe entre el gobernador de la ciudad de Venecia y la de Urbino es su propio sistema de gobierno y el cómo estos personajes han llegado hasta donde están, Montefeltro, de forma hereditaria, sin embargo, Leonardo Lerodam, llegó al poder como sus antecesores, de forma electa, es decir, el título que ostentó se lo dio la propia población veneciana, por lo que no necesita imponer su legitimidad, sino darse a conocer físicamente. No sé qué opinan ustedes, pero si me tuviese que retratar para una probable galería de hombres ilustres, -que es el caso del dux de Venecia- lo haría de frente para que todo el mundo reconociese inmediatamente mis facciones. Por otro lado, está el fondo del retrato, de un único color resuelto con un juego de luces y sombras que dota al personaje de una tremenda profundidad. Ahora vuelvo a pedirles que piensen el por qué no se retrata con la ciudad de Venecia en el fondo, elemental, ¿no? Si lo hiciese estaría reclamando la ciudad para sí, hecho que no se podría haber dado debido a que su cargo no es ni hereditario ni permanente, sino electo, por tanto, si hubiese empleado un sistema político -y, por supuesto visual- en el que el dux se beneficiase a costa de la población veneciana, hubiese durado más bien poco en el cargo ¿No les parece?

Una vez diferenciadas las tipologías de retratos, les pido por última vez que se imaginen cómo se retratarían ustedes si fuesen un personaje que no tiene un territorio concreto ni, por supuesto, es un cargo electo ¿Con qué tipo de retrato se presentarían ustedes si fuesen unos guerreros que van campando por Italia prestando su servicio a toda ciudad-estado que pueda permitirse contratarlos? Es más ¿Cómo se representarían ustedes si acabaran de ganar una batalla en nombre de una ciudad-estado? Probablemente, de perfil sobre algún paisaje representativo de la ciudad a la que han hecho más fuerte ¿Verdad? (figura 4)

Figura 4. Leonardo da Vinci, Retrato de un condottiero, 1475, British Museum.

Personalmente, pienso que este dibujo es absolutamente paradigmático y único en la producción de Leonardo da Vinci debido a que ciertamente, son pocos los dibujos que se encuentran tan acabados, lo que lleva a pensar que, efectivamente fuera un dibujo realizado para que el comitente -hoy en día desconocido- pudiese dar el visto bueno a la imagen, hecho que en Leonardo es muy poco frecuente, por no decir único debido a que el florentino abordaba la realización de los cuadros alla prima, es decir, directamente sobre la capa de preparación que se disponía sobre la tabla.

Ahora bien, fíjense ustedes en la expresión del retratado, que bien podría compararse con la estatuaria grecorromana que muchos de los mecenas renacentistas albergarían en sus propiedades y a la que los artistas -como da Vinci- podrían tener acceso con relativa facilidad, por tanto, es más que probable que la faz del retratado no sea la real, sino un modelo escultórico. No obstante, y, seguro que se lo han preguntado, hasta lo que yo conozco, la escultura grecorromana, excepto por la salvedad del busto de Pompeyo, cuya naturalidad es apabullante, los bustos, solían estar idealizados aun haciendo referencia a distintos personajes, es decir, en palabras de Nietzsche, son imágenes apolíneas en vez de dionisiacas, pero entonces ¿Por qué se representa una nariz que no es completamente recta? Tampoco deberían estar ahí la grasa que se le acumula al personaje entre el mentón o el pómulo, ¿No? Y qué me dicen sobre la prominente papada… en definitiva, es un dibujo que pienso hace gala de unos conocimientos visuales que Leonardo pudo ir adquiriendo mientras estudiaba en el taller de Verrocchio y alardea sobre el naturalismo que es capaz de introducir en una imagen. Por tanto, no es una copia de una escultura romana y tampoco pienso que sea un retrato al uso, sino que es un dibujo fruto de la imaginación de Leonardo. Es por esto por lo que me resulta ciertamente atractivo.

En segundo lugar, hay que vincular este primer dibujo con un paisaje. Ciertamente paisajes de Leonardo hay varios, pero hay uno que realmente cumple con las condiciones para encajar una figura de perfil como la que hemos analizado con anterioridad, (figura 5)

Figura 5. Leonardo da Vinci, Paisaje con fecha cinco de agosto de 1473, Galleria Uffizi, Florencia.

De este paisaje se han dicho multitud de cosas, unas realmente interesantes, como que es el primer paisaje que pinta Leonardo da Vinci y otras que realmente son una sarta de tonterías que preocupan mucho a los periódicos para rellenar sus páginas y hacernos pensar que, efectivamente, son duchos en cualquier figura histórico-artística. La última gran novedad en este sentido es que este paisaje confirma que el florentino fue ambidiestro, una noticia publicada el nueve de abril del pasado año 2019, ¿A ustedes les ha “descubierto el Mediterráneo” esta sensacional noticia O es algo que se lleva diciendo una larga temporada? Sinceramente, esto lo comparo con los estudios que en ocasiones se realizan sobre la homosexualidad de los artistas, ¿Es que ser homosexual hace mejores o peores sus obras? Siento decirles que ni lo uno ni lo otro, trascienden de igual manera.

Críticas a la Mass Media a parte, se pueden sacar muchas conclusiones de este paisaje y es que, si echan un vistazo, pueden observar que, efectivamente la profundidad que nos presenta Leonardo es muy susceptible de ser completada con una figura de perfil, los detalles que individualizan este terreno hacen que probablemente el pintor haya completado el dibujo en el taller debido a que dibujar al aire libre, todavía no era una práctica que se realizase comúnmente, sino que los pintores salían a tomar una serie de notas y, posteriormente terminaban la composición en un espacio que poco se parece a lo que están dibujando y a la luz de las velas. Véase en el propio blog La captación de la imagen.

Ahora que ya nos hemos familiarizado un poco más con los dibujos de Leonardo, es hora de presentarles la hipótesis de Pietro Marani y Paola Cordera, ambos profesores de la Universidad Politécnica de Milán, quienes argumentaron que, por las características tan especiales de estos dos dibujos dentro de la producción de Leonardo es más que probable que ambos fuesen concebidos para un único encargo (figura 6).

Figura 6. Paisaje y condottiero, Leonardo da Vinci, 1473 y 1475 respectivamente.

Sinceramente, pienso que ambos dibujos casan muy bien, me parece que el tipo de retrato y el tipo de paisaje que tenemos delante, efectivamente, pudieron ser para un único encargo, no obstante, por favor, no tilden esta hipótesis por verdadera porque realmente, aparte de por la apariencia de ambos dibujos, por el hecho de que este tipo de retratos eran muy frecuentes durante los últimos decenios del Quattrocento y por el hecho de que estén realizados por la misma mano, no tenemos prueba alguna de que pudieran estar relacionados entre sí.

Realmente hay una serie de críticas que se podrían poner encima de la mesa para desbaratar esta hipótesis, como por ejemplo el tiempo que pasa entre la realización de un dibujo y otro, -aproximadamente dos años- por lo que podrían ser dos dibujos independientes, también se puede decir que ambos dibujos pudieron ser muestras para obras diferentes o ejercicios que Leonardo tuviera que realizar en su etapa de aprendizaje.

No obstante, es cierto que esta hipótesis es muy sugerente y atractiva debido a que si algo caracteriza a Leonardo es porque dejaba y retomaba sus cuadros, estudios y dibujos cada vez que quería, hecho que le costó diversos encargos, como por ejemplo el de la Batalla de Anghiari o la decoración del Palazzo Vecchio de Florencia.

Por tanto, la hipótesis a grandes rasgos puede funcionar, aunque no creo que es algo que no puede desembocar en algo que vaya mucho más allá que una hipótesis o una idea que puede que no sea descabellada, pero no tenemos los suficientes datos para afirmarla.

Como conclusión, me gustaría instar al lector a que, dados los tiempos que corren, confinamiento, malestar, pérdida y en gran medida tristeza, se refugie en aquellos momentos que les hicieron felices.

Bibliografía que recomendamos.

  • -     Martin KEMP, Leonardo da Vinci. The marevellous Works of nature and man, Oxford, Oxford University Press, 2006.
  • -        Fernando Marías, Leonardo da Vinci, Madrid, Debate, 1997.
  • -      Eugenio MUNTZ Leonardo da Vinci, el sabio, el artista, el pensador, Madrid Circulo Latino 2005.
  • -     Carlo Pedretti y Sara Taglialamba, Leonardo da Vinci, el arte del dibujo, Madrid, Edimat, 2017.
  • -       Giorgio Vasari, Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos (antología), Madrid, Madrid-Tecnos, 1998.


Comentarios

  1. La historia del arte tiene que estar bien fundamentada y bien documentada para ser una disciplina consistente y reconocida. En ocasiones, más veces de lo deseable, se han construido narraciones de la historia del arte basadas en meras suposiciones o se han hecho puras invenciones, aunque bien construidas, con buena fortuna crítica.
    Pero también se puede hacer historia del arte en base a exposiciones bonitas, interesantes, inteligentes e, incluso, emocionantes sabiendo que seguramente sean poco verosímiles. Para mi esto tiene un gran valor y lo llamaría poesía de la historia del arte.
    Esto me ha parecido tu artículo en el que adviertes que es poco probable que así sea la historia, pero se relacionan un montón de elementos del retrato quatrocentista para entender un momento de la historia del arte con un discurso de poesía de la historia del arte.
    Me ha encantado.

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  2. Muchísimas gracias por tu amabilísimo comentario.

    Efectivamente, la Historia del Arte tiene que asentarse en bases fehacientes y no caer en absurdos historicismos que, por desgracia, han ido marcando más veces de las que podemos -y queremos- recocer. Normalmente estas teorías/hipótesis/ideas -o incluso inventiva- han marcado un camino que, lejos de ser veraz, los historiadores e historiadoras del arte, tenemos que impedir que sigan imperantes, tenemos que "reinventarnos" de forma continuada para que nuestra disciplina llegue a buen puerto y no se tilde como "elitista".
    El calificativo que empleas para este tipo de entradas, exposiciones, conferencias... me parece muy acertado, pienso que si algo se puede hacer con la HA es "jugar" es intentar "ir más allá" y no quedarse en lo que los libros canónicos vayan escribiendo. Esta es una de las razones por las que escogí esta conferencia en concreto. Lejos de ser real es verosímil y sugerente.
    De nuevo, te doy las gracias por tu comentario porque creo que sacas a la luz una cuestión muy importante de la Historia del Arte, que son los hechos y las teorías. También agradecerte tu opinión personal entorno a este pequeño escrito e instarte a que nos dejes más comentarios tan inspiradores como este.
    Desde el blog, queremos decirte que es un verdadero placer trabajar para gente como tú.

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