La Historia encajonada
De Alejandro Fernández Villanueva
Existen en el terreno de la Historia conceptos que damos por sentado, pero que sin embargo no son estáticos. Esto es debido a que no existe estatismo en el terreno del pasado, sino dinamismo y en consecuencia la periodización sigue siendo una cuestión de debate en la historiografía. El statu quo mantiene a la Historia divida en cuatro etapas (o cinco si contamos con la Prehistoria), organizando nuestro pasado. Sin embargo, ¿ha sido así siempre?, ¿han existido otras divisiones a parte de las que ya conocemos?, ¿por qué la dividimos?.
En
este escrito se utilizará la palabra periodización, siguiendo la postura del
historiador Jacques Le Goff, que explica que el término periodización comprende
una acción humana en el tiempo, reconociendo que el corte no es neutro, porque
la periodización de la Historia, es un acto que no puede declararse
independiente del ser humano. También hay que señalar que el enfoque estará
dirigido hacia una periodización de la Historia de tradición occidental y
judeocristiana, es decir, una concepción primero lineal de la Historia y
después, siguiendo la división realizada por el monje escita Dionisio el Exiguo
en el siglo VI d.C. y reconocida globalmente hoy. Una noción que sitúa el eje
temporal en el nacimiento de Cristo.
Si
buscamos un origen a la periodización de la Historia tendríamos que remontarnos
a la visión griega de Heródoto en el siglo V a. C. y por otro lado a la Biblia
y los pensamientos hebreos y cristianos. Pero realmente, la periodización se
irá definiendo en el siglo XVII cuando el historiador luterano alemán Christoph
Cellarius (1638-1707) en su tomo titulado “Historia Universalis” define
la Edad Media desde Constantino el Grande hasta la toma de Constantinopla en
1453 y nos da una visión más parecida a la que conocemos hoy.
Si somos rigurosos la fragmentación histórica, no se desarrolla hasta que se empieza a impartir como disciplina fundamental en las escuelas y universidades. Esto es así, porque la Historia deja de ser un género literario comprendido por cronistas y pasa a ser una materia que se debe explicar de una forma accesible. Hasta la fecha, el cronista será el que más se acercará a la tarea del historiador moderno, y cuándo se fundan las universidades a finales del siglo XII, las crónicas no estaban concebidas como enseñanza. Esto cambiaría lentamente entre los siglos XVI y XVIII. En este sentido, será esta cuestión lo que provocará la necesidad de dividir el pasado para poder acceder más fácilmente a la multitud de procesos y acontecimientos que se suceden, más por una forma de estudiarlo que de sistematizarlo.
La
Historia se convierte en ciencia con la creación de las cátedras centradas en
esta disciplina finales del siglo XVIII y a partir del siglo XIX con la llegada
del positivismo y su intento de basar sus teorías en los hechos “positivos” o
“reales”. Esta metodología pone de referencia los acontecimientos históricos como
referentes para dividir la Historia en periodos. Una visión que parte de un
optimismo racional en lo científico optando por una visión optimista del futuro
a través de la ciencia. Sin embargo, esta doctrina se opone la visión del
materialismo histórico de Marx y Engels, que entiende la Historia como un
periodo repartido por las formas de producción. El marxismo parte de la
necesidad de dividir la historia en periodos relacionados con las formas de
producción: esclavismo, feudalismo y capitalismo, partiendo así la historia en
estas tres etapas.
Será
durante el siglo XIX cuando crece el impacto del concepto del Renacimiento, que
lo separa de la Edad Media. Historiadores como Jules Michelet y más adelante
Jacob Burckhardt sistematizan el término que evoca al renacer de la Antigüedad.
Sin embargo, esta separación es puesta en duda por la obra de Erwin Panofsky “Renacimiento
y renacimientos en el arte occidental” que en 1957 afirma que el
Renacimiento supone una vuelta al pasado clásico, pero entiende que ese pasado
había muerto. Así, el Renacimiento revive el espíritu de la Antigüedad, pero
mantiene las dinámicas del medievo. Una vez abierto el debate historiográfico
en torno al medievo, la Escuela de Annales reivindica la Edad Media como un
periodo amplio en el tiempo por la estructura socioeconómica que impera hasta
la fase liberal burguesa que abre una etapa precapitalista ofreciendo un
ejemplo más reciente de una periodización diferente.
A
la visión convencional, ya en la segunda mitad del XX veremos que Eric Hobsbawm
rompe desde su línea de pensamiento dentro de la Escuela Social Inglesa (grupo
de historiadores marxistas que tratan de configurar una historia social) en
este caso de la conocida como Edad Contemporánea, dividiendo sus diferentes
obras en varias eras: la era de la Revolución, la era del Capital, la era del
Imperio, la era de las Catástrofes y finalmente el derrumbamiento. Hobsbawm nos
da otro ejemplo de periodización.
Hoy
la Nueva Historia Cultural entiende que la Historia esta hecha por “buscadores
de trufas” y no por “paracaidistas” y por tanto no tratan de amplificar la
Historia a un gran espectro. Evidentemente la Historia necesita un estructura y
orden poder realizar esquemas mentales y comprende así los procesos. Es
necesario encajonar la Historia por comodidad, pero es conveniente saber que
los procesos históricos no son un concepto estático ya que no están encajonados
en el tiempo, sino en nuestras mentes. Hemos visto que diferentes escuelas
historiográficas tienen diferentes visiones porque entienden el dinamismo de la
Historia y la estudian partiendo de esta base. La revolución francesa no fue un
proceso que empezó en el año 1789, sino que detrás existen unas causas que
llevaron a Francia a sublevarse contra el poder del absolutismo. Y tampoco fue
un proceso que se acabara con la llegada de Napoleón, sino que se mantuvo en
muchos países hasta la caída de las monarquías absolutas.
Periodizar
la historia es un buen recurso, pero entender el porqué es aún más importante.
Bibliografía que recomendamos
Bibliografía que recomendamos
- Roger CHARTIER. “La historia hoy en día: Desafíos, propuestas.” Actas y comunicaciones del Instituto de Historia Antigua y Medieval, tomo 5, 1995.
- Verena GLASS & Eric HOBSBAWM. “La era de las incertidumbres: Entrevista a Eric Hobsbawm.” El Viejo topo, 298, 48-53. 2012.
- Eric HOBSBAWM. Historia del siglo XX, (1914-1991). Crítica, 1995.
- Eric HOBSBAWM. La era de la revolución, (1789-1848). Crítica, 1997.
- Eric HOBSBAWM. La era del capital, (1848-1875). Crítica, 1998.
- Eric HOBSBAWM. La era del imperio, (1875-1914). Crítica, 1998.
- Jacques LE GOFF. ¿Realmente es necesario cortar la historia en rebanadas? México: Fondo de Cultura Económica, 2016.
- Erwin PANOFSKY. Renacimiento y renacimientos en el arte occidental. Alianza, 1999.
Qué ocurre el día que cumplimos 18 años para que nos consideren mayores de edad?
ResponderEliminarPor qué el día antes no lo somos?
La periodización de la historia es artificial y artificiosa pero es evidente con la perspectiva del tiempo que en el S.XV pasaron cosas. No sólo cayó Constantinopla. Se descubrió América, cambiaron los gustos artísticos, la escolástica dejó de ser una corriente dominante en filosofía, se crearon los primeros estados nacionales, el antropocentrismo comienza a imponerse, Copernico...
En fin que por entonces pasaron cosas.
Muchas gracias por el comentario.
EliminarEfectivamente, aquí se introduce un problema muy interesante, aunque pensamos que no es comparable que una sociedad basada en ciertas leyes y costumbres establezca la mayoría de edad en determinado año -debido a que son edades volubles dentro de una misma "región", Europa, por ejemplo- a la división histórica.
En primer lugar, no pensamos que sea inútil, nada más alejado de la realidad, lo que pensamos es que estas fechas son un constructo histórico que deberían de matizarse con más rigurosidad ¿qué tiene una persona que vive en la actualidad con un burgués de principios del XIX?, tan solo el período histórico en la que estas personas se han desarrollado.
Por otra parte, hemos de pensar que la división en pre-historia, antigüedad, medioevo, modernidad y contemporaneidad son unas divisiones válidas en Europa debido a que los estados que la componen fueron los protagonistas de la colonización e impusieron sus hábitos y costumbres a civilizaciones que tenían otras igual de válidas -los guanches, aztecas, sioux, congoleses...-.
No obstante, es curioso cómo las civilizaciones a donde no llegó -en tanta medida- esta colonización sí tienen una periodización distinta a la nuestra:
Regiones como China Era antigua desde el siglo XVI a.C - 221 a.C, Era imperial desde 221 a.C - 1912, República China, desde el 1912 - 1945 y la Era moderna desde 1945 hasta ahora.
Religiones como el islam, que llevan una periodización completamente distinta, hoy 15 de abril de 2020 es 22 de Shaabán del año 1441.
Políticas como la marxista, que dividen la historia en Comunismo primitivo 2000 - 1000 a.C., modo de producción esclavista -Grecia y Roma- hasta el año 200, Modo de producción feudal, hasta el año 1000., Modo de producción capitalista, hasta hoy en día y el Comunismo futuro.
Por tanto, la periodización, como bien dices es artificial y artificiosa a la par que necesaria pero ¿de cuál nos fiamos?
Gracias por el comentario, la verdad es que es un tema del que se puede debatir y matizar bastantes cuestiones. Hay fechas importantes en la historia eso es evidente. Como señalas el siglo XV es un siglo muy importante para la historia de occidente en el sentido de la creación de los estados modernos.Pero a pesar de ello, al ser un constructo historiográfico, habrá escuelas que busquen otras posturas a la hora de abordar la periodización.
EliminarOtro ejemplo: lo que se considera hoy como Edad Contemporánea abarca desde 1789 hasta nuestros días. Lógicamente esta división cronológica es hoy absurda en tanto que los cambios que hay desde el siglo XIX hasta hoy son extensos. Por ello, hay autores que hablan de Historia del Tiempo Presente para hablar de nuestra sociedades. En este caso que la edad contemporánea abarque hasta nuestros días pudo tener sentido a lo mejor en el siglo XIX o incluso el siglo XX, pero hoy esta desfasado. Realmente la periodización es necesaria, pero sigue siendo algo impuesto por nosotros y es objeto de reflexión, por eso conviene preguntarse porque existen estas divisiones y porque es algo que damos por sentado.
Periodización, que palabra más inmensa para el historiador, que se convierte como bien expone en un científico del devenir de los acontecimientos históricos, enlazando etapas, que como puedo leer, para mi se iniciaba y se acababan. Y no es así. Esta frase "Así, el Renacimiento revive el espíritu de la Antigüedad, pero mantiene las dinámicas del medievo."Realmente sorprendente. Seguiremos en contacto. gracias por vuestra iniciativa
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te haya gustado el texto, aquí seguiremos escribiendo
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