¿Genias?
La
palabra genio deriva del latín: genius y en sus numerosas acepciones en
el castellano nos encontramos con que puede significar: “capacidad mental
extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables”, “índole o
condición peculiar de algunas cosas”, “persona dotada de genio”, entre otras. Será
en esta última definición, realizada por la Real Academia Española, en donde
ubicaremos nuestro foco de atención ya que en el ejemplo que esta nos otorga el
genio recala en el género masculino: “Calderón es un genio”. A simple vista,
puede parecer una apreciación banal, sin embargo, si buscamos la palabra genio
en femenino (“genia”) podremos atisbar su inexistencia.
Frida Kahlo, Las dos Fridas, 1939, óleo sobre lienzo.
173,5 x 173 cm. México D.F, Museo de Arte Moderno de México.
Dora Maar, Modelo con estrella, 1936, impresión
gelatina de plata.
Sofonisba
Anguisola, Autorretrato, 1563, óleo sobre lienzo, 88,9 x 81,3 cm. Colección
de Earl Spencerm Althorp, Northampton.
Nochlin
afirmó: “¿Será que el genio – esa pequeña pepita dorada- está
ausente del carácter aristocrático, tanto como lo está de la psique femenina?
¿O no será más bien que los tipos de obligaciones y expectativas impuestos
tanto a los aristócratas como a las mujeres imposibilitan la dedicación
profesional plena a la producción artística, algo impensable los hombres de
clase alta y para las mujeres, sin que tal cosa tenga relación alguna con el
genio y talento?”.
Para entender a Nochlin y
la relevancia de uno de los artículos más importantes dentro de la crítica
feminista, os proponemos realizar un acercamiento histórico al ensayo y
desgranar los puntos clave que trata la autora.
La década de los 70 fue
un momento de efervescencia cultural, aquí situaremos la Segunda Ola feminista iniciada
a finales de los años 60. Durante esta ola la toma de conciencia respecto a la
subordinación patriarcal toma un papel determinante. Asimismo, la consigna
atribuida a Kate Millet “Lo personal es político” se pondrá el acento en el
ámbito de lo privado y se identificarán ciertas escenas de la vida
-consideradas como privadas- (relaciones de pareja, maternidad, sexo, amistad)
como un ámbito también atravesado por la ideología patriarcal.
En el momento de
publicación del ensayo se produjeron otras efemérides de suma relevancia para
la atmosfera de creación y critica feminista. En 1972, la artista
norteamericana Faith Wilding ejecutaba la performance Waiting
(Esperando) como parte de la programación de la Womanhouse de Judy Chicago.
Tres años más tarde, en 1975, Laura Mulvey publicó su artículo “Placer
visual y cine narrativo” que ya mencionamos en la otra entrada dedicada a la
crítica cinematográfica feminista. Por último, en 1977 Nochlin y Ann Sutherland
Harris realizaron la exposición Women Artists: 1550-1950.
«Esperando… esperando…
esperando / Esperando a que alguien venga/ Esperando a que alguien me tome en
brazos / Esperando a que alguien me alimente / Esperando a que alguien me
cambie los pañales…. Esperando /… Esperando /… Esperando a ser una niña grande
/… Esperando a llevar sujetador / Esperando a que me venga la menstruación /
esperando a leer libros prohibidos / … / Esperando a tener novio / Esperando a
ir a una fiesta, a que me saquen a bailar, una balada / Esperando a ser bonita
/ Esperando el gran secreto / Esperando a que empiece la vida… Esperando… […]
Faith
Wilding, Waiting (1972)
Nos
preguntaremos entonces ¿por qué no ha habido grandes mujeres artistas? Esta
preguntado puede generar varios tipos de reacción entre las investigadoras
feministas. En primer lugar, se buscan ejemplos de artistas que han sido
menospreciadas a lo largo de la historia.
Empero, esta reacción lleva un problema implícito en ella, ya que no se cuestiona
la premisa que subyace la pregunta, no se responde a la pregunta. En segundo
lugar, se intenta afirmar un “Estilo femenino” basado en la naturaleza de la
situación y experiencia de las mujeres que contiene un tipo de grandeza
diferente al de los hombres. Aquí, también denotamos un problema ya que no
parece que una cualidad común de “feminidad” vincule los estilos de las
artistas.
El genio se encuentra determinado por una
estructura social. Asimismo, el sistema de arte donde este opera sigue una
disposición patriarcal que se encuentra definido por instituciones de arte (las
academias), sistemas de mecenazgo y la mitología que envuelve al creador divino
o al artista como “supermacho” o marginado social”. La creación de esta aura en
torno a la figura del artista ha generado múltiples monografías en torno a la
vida de estos y, como consecuencia, ha perpetuado su mitificación.
Si entonces, las
mujeres artistas han existido desde el principio de la Historia del Arte pero,
no las estudiamos dentro de nuestra disciplina es causa de un sexismo
estructural que atraviesa las humanidades. Además, la inexistencia de “genias”
dentro de esta refuerza la afirmación. Sin embargo, las feministas aún debaten
sobre la utilización de este término debido a los problemas que puede
plantearnos. En primer lugar, reproduce jerarquías y esquemas de filiación
patriarcales, lo que denominamos una historia de “grandes nombres” (Miguel Ángel,
Tiziano, Rembrandt, Delacroix, Picasso). Por tanto, si intentamos trasladar
esta metodología al campo de creación femenina (Hildegarda de Bingen, Lavinia
Fontana, Vigée- Lebrun, Frida Kahlo) seguiríamos fomentado un sistema en donde
las “pequeñas” artistas no tienen cabida. Por otro lado, al ser un sistema que
se basa en parámetros de evaluación masculinos las mujeres siempre van a estar
en desventaja. La única respuesta que parece válida sería la creación de
herramientas nuevas para una aproximación histórico-artística o, realizar un
examen exhaustivo sobre estas antes de proceder a usarlas.
Si la máxima
aspiración que tiene un artista dentro de su vida como creador es llegar a ser
un genio ¿qué ocurre con las mujeres? Retomando a Freixas, podemos ver cuales
son las situaciones a las que se enfrenta una mujer artista. ¿Qué ocurre cuando una “genia” se encuentra en
un mundo dominado por “genios”? Retomando a Freixas afirmaremos que las
posibilidades de ser una “genia” son sumamente bajas y, en el caso de
conseguirlo, no suelen desembocar en un final feliz ya que sus opuestos las
opacan, como fue el caso de Sylvia Plath la cual acabó suicidándose. Aún
así, la historiadora nos presenta tres situaciones
GENIO Y GENIA |
GENIA SOLA. |
GENIO Y MUSA. |
Se produce un conflicto de egos. ❌ |
Castigo social a la ambición femenina y por la osadía en contra del mandato de género. ❌ |
Aceptación social. ✅ |
Dora Maar y Pablo Picasso. Paul y Hane Bowles. |
|
Emilie Flöge y Gustav Klimt Cleo de Mèrode y Gustav Klimt |
Parece
ser que la relación entre Genio – musa es la más aceptada socialmente y en
donde operan las leyes del poder y de la dominación que en vez de disfrazarse
de instituciones lo hace de genio.
Para finalizar, nos gustaría plantearos ¿cómo
se puede ser una mujer genio si los/as historiadores/as crean el mito de mujer artista como una: enferma,
sensible, desequilibrada emocionalmente y la cual se forma a la sombra de un
gran genio (genio como gran artista varón) con el que mantiene una historia de
amor trágica y pasional?
Podéis dejar vuestras respuestas en los comentarios.
🠋
- Linda Nochlin, “Why Have There Been No Great Women Artists?”, Art News (1971).
- Patricia Mayayo, Historias de mujeres, historias de arte, Madrid, Ensayos Arte Cátedra, 2019.
- Rocío de la Villa Ardura, “Crítica de arte desde la perspectiva de género”, Investigaciones Feministas, vol. 4 (2013).
Recursos online.
- Laura Freixas, Silvia Plath ¿Se puede ser mujer y genio? [en línea] https://www.youtube.com/watch?v=qVtGIYuHJfM
Menuda controversia propones Paula. La idea de genio, en especial de genio artístico, es un elemento paradigmático del patriarcado aplicado a la historia del arte. En coherencia, el feminismo debería abogar por destruir ese concepto. Pero, si así fuera, nunca habría "genias". Ya no podrían existir pues ha desaparecido la idea. Sin embrago, en la historia del arte, los artistas genios, algunos, si existirían como parte de la historia que en su momento los catalogó como tales.
ResponderEliminarPor eso, en primer lugar, habrá que descubrir, reconocer y ensalzar a las artistas "genias" para, en un segundo momento, hacer desaparecer el concepto de la historia del arte y, ya, reescribir una historia del arte verdaderamente feminista: sin la idea de genio, ni la de fiiaciones, ni nacionalidades, ni primacías, ni cánones, ni maestros, ni ... y en la que como recuerdo histórico habrán existido genios y genias. Habrá que ponerse a ello.
Un "feministo"